No te mientas

< Cuando se miente no sólo se esconde la verdad, también la cobardia





"Miles de ideas pasan por mi cabeza. Hoy me siento horrible, quizá poco interesante y pienso que el resto tiene mejores cosas que hacer que acordarse de alguien tan insignificante como uno". 


En general, y después de ver la psicología tan de cerca, poca gente se salva de este pensamiento, especialmente todas aquellas personas que tienen falta de confianza en sí mismas y temen decepcionar, esto es, "quedar bien" con todas las personas. Generalmente, cuando diferentes individuos que rodean a dicha persona no están presentes, el monólogo interior que uno puede tener se acentúa, y surgen los pensamientos negativos.
También es verdad que en la sociedad actual, en la que principalmente priman los valores individuales, hay veces que nos centramos demasiado en nosotros mismos. Y eso puede ser bueno o malo: bueno para aprender a valorase positivamente ("se me da bien trabajar en equipo...") y malo por las autoverbalizaciones negativas ("soy un inútil y no sirvo")


La mentira se define como decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa. Y esta va unida a uno mismo. No hablo de mentir a los demás, que también influye en la personalidad (aunque muchas veces la sociedad nos obliga a mentir, ya sean mentiras piadosas o por cuestiones laborales); hablo de mentirse a sí mismo, de negar o disimular lo que en realidad sabemos a cerca de nuestras creencias, gustos...

Aquí es donde entran en juego las convicciones que cada uno tenga (o de las convicciones que el resto puede inculcarte), porque es lo que se supone que corresponde a la realidad, y esa seguridad que tenemos de que eso es cierto, hay que defenderlo. Pero las personas que no tienen seguridad en sí mismas, y en general, que no saben lo que quieren, suelen ser influídos por los demás, hasta el punto de cambiar a la persona ciertas conductas que antes no realizaba objetivamente, claro está que dicho cambio suele ser aparentemente.





En general otra posible situación que puede desembocar de una persona poco segura de sí misma, se explica por un fenómeno llamado la pescadilla que se muerde la cola, esto es, que si nuestras interpretaciones del mundo que nos rodea son negativas (o pensamos que son negativas) tendremos pensamientos negativos sobre él, lo que nos llevará a conductas no adaptativas. Y viceversa, si realizamos conductas no adaptativas, nos llevará a pensamientos negativos (por ejemplo de soledad o desamparo) y esto hará que hagamos una interpretación errónea de las conductas de la gente que nos rodea (por ejemplo, el clásico pensamiento de nadie me llama).
Ante esta situación, hay que saber analizarse a uno mismo, saber qué conductas hacemos o cuáles no hacemos para intentar que nuestra vida social sea más positiva y más satisfactoria. Hay que ser consciente de que el cambio lo tiene que dar uno mismo, no el resto de las personas que nos rodean, porque probablemente estas seguirán comportándose de la misma manera, solo que erróneamente se interpreta mal una determinada situación solo por el hecho de tener sesgado el pensamiento (generalmente, y como decía antes, con tendencia negativa). Y esta forma de actuar o juzgar, se podría entender mejor con los prejuicios (o mejor dicho los estereotipos) que se pueden tener hacia ciertas personas, en la que tu pensamiento puede ser erroneo. Por ejemplo, si una persona que te cae mal dentro de un grupo, inmediatamente atribuirás las mismas características de esa persona al resto que le rodean. Y esto claramente es un error cognitivo, ya que si lo piensas, en tu grupo de amistades puede observar las diferencias que existen entre cada uno de vosotros.

Por ello, hay que aprender pensar de una forma más positiva, no solo por los demás, sino por uno mismo. Hazlo y verás como comienzas a ser un poco más feliz, o por lo menos, a llevar tu día a día con mayor entusiasmo.

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